LITERATURA
INFANTIL
Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida
hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha
considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron
pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro o Platero
y yo). Podríamos definir entonces la literatura
infantil (y juvenil) como aquella que también leen niños (y jóvenes).
En otro sentido del
término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por
los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye
la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar
al conjunto literatura infantil y juvenil o
abreviadoLIJ.
HISTORIA DE LA LITERATURA
La crítica literaria moderna considera esencial el carácter de
"literatura" dentro de este tipo de escritos, por lo que hoy se
excluye, de la producción actual los textos básicamente morales o educativos,
aunque todavía siguen primando estos conceptos en toda la LIJ dado el contexto educativo en el que se desarrolla su
lectura. Esta es una concepción muy reciente y casi inédita en la Historia de
la Literatura.
La
literatura para niños ha pasado de ser una gran desconocida en el mundo
editorial a acaparar la atención del mundo del libro, donde es enorme su
producción, el aumento del número de premios literarios de LIJ y el volumen de
beneficios que genera. Esto se debe en gran parte al asentamiento de la
concepción de la infancia como una etapa del desarrollo humano propia y específica,
es decir, la idea de que los niños no son, ni adultos en pequeño, ni adultos
con minusvalía, se ha hecho extensiva en la mayoría de las sociedades, por lo
que la necesidad de desarrollar una literatura dirigida y legible hacia y por
dicho público se hace cada vez mayor.
La
concepción de infancia o niñez, no emerge en las sociedades hasta la llegada de
la Edad Moderna y no se generaliza hasta finales del siglo XIX. En la Edad Media no existía una noción de la infancia como periodo
diferenciado y necesitado de obras específicas, por lo que no existe tampoco,
propiamente, una literatura infantil. Eso no significa que los menores no
tuvieran experiencia literaria, sino que esta no se definía en términos
diferenciados de la experiencia adulta. Dado el acaparamiento del saber y la
cultura por parte del clero y otros estamentos, las escasas obras leídas por el
pueblo pretendían inculcar valores e impartir dogma, por lo que la figura del
libro como vehículo didáctico está presente durante toda la Edad Media y parte del Renacimiento. Dentro de los libros leídos por los niños de dicha
época podemos encontrar losbestiarios, abecedarios o silabarios. Se podrían incluir en estas obras algunas de corte
clásico, como las fábulas de Esopo en
las que, al existir animales personificados, eran orientadas hacia este
público.
Llegado
el siglo XVII, el panorama comienza a cambiar y son cada vez más las
obras que versan sobre fantasía, siendo un fiel reflejo de los mitos, leyendas
y cuentos, propios de la trasmisión oral, que ha ido recopilando el saber de la
cultura popular mediante la narración de estas, por parte de las viejas
generaciones a las generaciones infantiles. Además de escribir estas obras o cuentos, donde destacan autores como Charles Perrault o Madame
Leprince de Beaumont, destaca la
figura del fabulista, comoFélix María de Samaniego o Tomás de Iriarte. En esta época, además, ocurren dos acontecimientos
trascendentes para la que hoy se conoce como Literatura Infantil, la
publicación, por un lado, de Los viajes de Gulliver-Jonathan Swift- y, por otro, de Robinson Crusoe -Daniel Defoe-, claros ejemplos de lo que todavía hoy, son dos temas
que reúne la LIJ: los
relatos de aventuras y el adentrarse en mundos imaginados, inexplorados y
diferentes.
Una
vez llegado el siglo XIX con el movimiento romántico, arriba el
siglo de oro de la literatura
infantil. Son muchos los autores que editan sus obras con una extraordinaria
aceptación entre el público más joven. Son los cuentos (Hans Christian Andersen, Condesa de Ségur, Wilhelm y Jacob Grimm y Oscar Wilde en Europa, y Saturnino Callejay Fernán Caballero en España) y las novelas como Alicia en el
país de las maravillas -Lewis Carroll-, La isla del tesoro -Robert L. Stevenson-, El libro de la selva de Rudyard Kipling, Pinoccio -Carlo Collodi-, las escritas por Julio Verne o Las
aventuras de Tom Sawyer entre
otras, las que propiciaron un contexto novedoso para la instauración de un
nuevo género literario destinado al lector más joven en el siglo XX, donde la ingente producción de LIJ coexiste con las obras del género adulto.